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lunes, 5 de agosto de 2013

Una investigación reciente relaciona el uso frecuente de la aspirina con una mayor posibilidad de desarrollar degeneración macular relacionada con la edad, una condición de la vista que constituye la causa principal de ceguera en los adultos mayores. Aquí te contamos más detalles sobre este hallazgo.
A muchas personas se les recomienda tomar la aspirina de manera regular, para mantener la salud del corazón. Pero al mismo tiempo que esta popular medicina ofrece esos beneficios, es posible que también genere algunos riesgos. Por ejemplo, contra la vista.
Varios estudios anteriores que relacionaban la salud visual con el consumo de la aspirina habían dado resultados mixtos. Ahora, una investigación nueva lo relaciona con una mayor posibilidad de desarrollar degeneración macular relacionada con la edad (DME o DMAE), una de las causas principales de la pérdida de la visión y la ceguera en las personas mayores de 65 años.
Se trata de un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association, según el cual el riesgo aumentó en las personas que tomaron aspirina de manera regular (por lo menos dos veces por semana durante más de tres meses), diez años antes de ser diagnosticadas con dicha enfermedad.
Específicamente, el riesgo aumentó para un tipo de DMAE denominado degeneración macular húmeda, que generalmente es más severa que el otro tipo de DMAE, conocido como degeneración macular seca. De todos modos, el riesgo sigue siendo muy bajo ya que –en verdad- la degeneración macular húmeda no es una condición frecuente.
Para llegar a estos resultados, los investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Wisconsin, en Madison, en Estados Unidos, hicieron siguieron a casi 5 mil hombres y mujeres mayores de 43 años de edad, durante 20 años (aunque no todos permanecieron en el estudio las dos décadas).
Algunos especialistas cuestionan la metodología del estudio, ya que el control del consumo de la aspirina se hizo en base a lo que los mismos pacientes reportaron, algo que puede no ser muy preciso. Por eso, estos resultados no son definitivos y todavía es necesario contar con más información.
Por eso, mientras la ciencia sigue buscando datos más certeros sobre esta relación, es importante que todos los adultos mayores de 60 años controlen su vista al menos una vez al año, en especial quienes tienen más riesgos de desarrollar DMAE, como:
  • Las personas con un antecedentes familiares de degeneración macular
  • Las personas con alguna enfermedad cardiovascular, como hipertensión, o que hayan sufrido un ataque cardíaco o una apoplejía (derrame cerebrovascular)
  • Los fumadores y los obesos
  • Las mujeres, que tienen mayor tendencia a desarrollar degeneración macular y les puede ocurrir a una edad más joven
Recuerda que la DMAE es una enfermedad de los ojos que se produce cuando la mácula se degenera. La mácula es una parte de la retina que nos permite ver detalles y colores en la parte central de nuestra visión, que es la que utilizamos por ejemplo para leer, ver televisión, reconocer caras y conducir.
Por eso, la degeneración de la mácula causa distorsiones o una falta de claridad en esta visión central pero no afecta nuestra visión periférica o lateral (hacia los lados).
Detectar los síntomas de la AMD cuanto antes es muy importante para preservar la visión. Presta atención y si notas alguna de estas señales, haz cita inmediatamente con un médico especializado en los ojos (oftalmólogo):
  • Se te dificulta leer
  • Necesitas más luz para poder ver bien
  • Tienes problemas para ver de noche
  • No ves bien al conducir
  • Estás teniendo problemas para reconocer las caras
  • Tienes un punto ciego directamente hacia el frente de tu visión
  • Tienes distorsiones en tu visión. Por ejemplo, las líneas rectas te parecen onduladas.
Recuerda que hay varios tratamientos -con láser o a base de inyecciones en el ojo- que pueden ayudar a retrasar la progresión de la enfermedad, y cuanto antes te trates, mejor serán los resultados. No te descuides, la degeneración macular, especialmente la de tipo húmeda, si no se trata rápidamente puede causar ceguera, pero ambas requieren atención lo antes posible. Cuida tu vista.

iStock_000024752050XSmall_robertprzybyszUn estudio nuevo ha llegado a la conclusión de que agregar ácidos grasos omega-3 a otras vitaminas y antioxidantes no ayuda a disminuir el riesgo de desarrollar una enfermedad de la vista conocida comodegeneración macularrelacionada con la edad, una de las causas principales de la pérdida de la visión y la ceguera en las personas mayores de 65 años.
Los ácidos grasos omega 3son ácidos esenciales que el cuerpo necesita para funcionar adecuadamente, pero el cuerpo no los produce sino que los adquiere de la dieta. Los hay de diferentes tipos, como el alfa linolénico (ALA), que abunda en las semillas, los frutos secos (como las nueces) y en los aceites vegetales (como el aceite de canola, de soja o soya, de semillas de lino, el aceite de linaza y el aceite de oliva); y los de tipo eicosapentanoico (EPA) y docosahexanoico (DHA), que se encuentran juntos solamente en los pescados grasos o azules (como el arenque, la caballa, el salmón, las sardinas y el atún) y en las algas.
Estos nutrientes han probado tener un efecto protector en el sistema cardiovascular, reduciendo el riesgo de sufrir un ataque al corazón y pueden ayudar a disminuir la presión arterial. Además, han sido vinculados con distintos beneficios para la salud, como mejorar la memoria de trabajo o memoria funcionalen los adultos jóvenes sanos y podrían reducir los niveles del antígeno prostático específico (APE), una proteína asociada al aumento en el riesgo de desarrollar cáncer de la próstata.
¿Podrían también ayudar a disminuir el riesgo de desarrollar degeneración macular relacionada con la edad (también conocida como DME o DMAE), si se los toma junto a otras vitaminas y antioxidantes? Eso se ha cuestionado un grupo de investigadores del Instituto Nacional del Ojo de Los Estados Unidos, en base a investigaciones anteriores que mostraron que la combinación de zinc con vitaminas antioxidantes C, E y beta caroteno podría reducir el riesgo de que avance dicha enfermedad de los ojos.
En busca de una respuesta, durante cinco años, hicieron un seguimiento de más de 4 mil pacientes de 50 a 85 años de edad y evaluaron si agregar carotenoides (luteína y zeaxantina) y ácidos grasos omega-3 DHA y EPA a una mezcla de vitaminas antioxidantes podría efectivamente disminuir el riesgo de desarrollar degeneración macular relacionada con la edad. 
Lamentablemente, el resultado fue negativo. Tal como se publicó a principios de mayo en el medio especializado JAMA (Journal of the American Medical Association) y se presentó simultáneamente en la reunión anual de la Asociación para la investigación en visión y oftalmología, que se realizo en Seattle, en Estados Unidos, la conclusión fue que agregar ácidos grasos omega 3 y otros nutrientes a las vitaminas antioxidantes estándares no brinda mayor protección contra la degeneración macular relacionada con la edad (DMAE).
De todos modos, los investigadores plantearon que estos resultados pueden deberse a que las dosis y/o los tiempos considerados para el estudio pueden no ser los adecuados para lograr un resultado favorable. Y advierten sobre la necesidad de encontrar un modo efectivo para disminuir la progresión de esta enfermedad de los ojos, que actualmente constituye la causa principal de ceguera en los adultos mayores. De no ser así, afirman que se estima que la cantidad de personas afectadas se duplicará durante los próximos 20 años.
Mientras la ciencia sigue buscando respuestas a estos interrogantes, recuerda que la degeneración macular relacionada con la edad es una enfermedad de los ojos que se produce cuando la mácula se altera o degenera. La mácula es la parte de la retina responsable de la visión aguda y central que se necesita para leer o manejar, por ejemplo (la degeneración macular relacionada con la edad no afecta la visión hacia los lados o visión periférica).
No se sabe la causa precisa de la degeneración macular, pero si se conoce que está relacionada con cambios en el flujo de sangre dentro de la retina, que causan la formación de depósitos y de nuevos vasos sanguíneos dentro de la mácula, que pueden sangrar y dañar a las células que la forman.
Detectar los síntomas de manera temprana es importantísimo para preservar la visión. Por eso, si tienes más de 60 años, no dejes de visitar a tu oftalmólogo una vez al año para hacerte un examen completo de la vista, incluyendo una evaluación de la retina. Además, si notas alguno de estos síntomas, haz una cita inmediata con un profesional de la salud visual:
  • Se te dificulta leer
  • Necesitas más luz para poder ver bien
  • Tienes problemas para ver de noche
  • No ves bien al conducir
  • Estás teniendo problemas para reconocer las caras
  • Tienes un punto ciego directamente hacia el frente de tu campo visual
  • Tienes distorsiones en tu visión. Por ejemplo, las líneas rectas te parecen onduladas.
En cuanto a los suplementos, ya lo sabes: todavía no hay pruebas certeras sobre sus ventajas en relación a la salud visual. Si deseas tomarlos, por este u otro motivo, sean ácidos grasos omega 3 o de cualquier otro tipo, no dejes de consultar a tu médico para que pueda orientarte, pues los suplementos también pueden tener efectos no deseados o pueden tener interacciones con otras medicinas que estés tomando.